Del Libro: “Las Tres Preguntas” de
Jorge Bucay
Tómate unos
minutos para hacer una lista de las personas que hoy forman parte de tu
respuesta a esta tercera pregunta.
¿Quiénes son las quince, ocho, dos o cincuenta personas en el mundo que
verdaderamente te importan? No te
preocupes si te olvidas de alguien, si no le recuerdas en este momento quiere
decir que no es tan importante como para estar en la lista (no incluyas a tus
hijos, ya sabemos que nos importan más que nada y los vamos a excluir de esta
tarea).
Una vez terminada
la lista, probablemente confirmes lo que ya sabías… aunque podría pasar que
algunos nombres te sorprendan. En ambos
casos será bueno para ti tener tu lista de afectos actualizada y por escrito.
Atrévete a más.
Da la vuelta a la
página y, ahora, sin ver la lista anterior, anota los nombres de las diez o quince personas para quienes crees ser
importante. Dicho de otra manera, la
lista de aquellos que te incluirían en sus listas. Hazla sin tener en cuenta si alguno de ellos
figura o no en la lista anterior. Puede
ser que esta pequeña tarea te confirme que hay personas a quienes queremos y
valoramos, pero que quizá mucho no nos quieran, y que también hay gente que nos
quiere y quizá cuenta con nosotros, pero que mucho no nos importa.
Vale la pena
investigarlo y tiene sentido la sorpresa de comparar las listas. Solamente teniendo claro el concepto de que
las relaciones entre las personas no son por fuerza simétricas emocionalmente,
podremos decidir con más propiedad el tiempo, la energía y la fuerza que usamos
en cada uno de nuestros encuentros.
Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar
una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Y
cuando tú quieres haces lo propio.
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