domingo, 7 de febrero de 2021

Del Libro “100 rebanadas de sabiduría empresarial” de Silvia Cherem

 

Del Libro “100 rebanadas de sabiduría empresarial” de Silvia Cherem

 

 



91.-  Sólo los inseguros van por la vida colgándose las medallas del trabajo de los otros.

 

92.-  No hay fortuna que sobreviva a hijos que sólo saben gastar y no aprenden a trabajar.  Como hijo de inmigrante, yo tuve como modelo a aquellos hombres que trabajaban lo doble y gastaban la mitad.  Ese sigue siendo mi legado para mis descendientes.

 

93.-  Cuando converso con los jóvenes, incluso con mis nietos, me doy cuenta de que piensan que el éxito es gratuito.  Con la mesa puesta algunos no acaban de entender que, sin trabajo y perseverancia, sin idealismo, austeridad y esfuerzo diario, no hay forma de llegar lejos.

 

94.-  Una sociedad que permite que silenciosamente vayan minándose sus valores fundamentales, que permite que ciertas clases despilfarren y pierdan todo recato, necesariamente va despertando resentimientos que un día la destruirán.

 

95.-  Un ser humano que no alcanza el amor de su familia y de sus amigos, es un pobre hombre.

 

96.-  Tengo por costumbre no irme a la cama con pendientes.  Si algo me comprometo a hacer, aunque sea minúsculo, lo anoto en una tarjetita que llevo en la bolsa de mi traje y ese mismo día intento cumplir.

 

97.-  Escribir un diario puede ser un espacio fundamental para incitar el análisis, la reflexión y la auto-crítica.

 

98.-  Antes de tener hijos, deberíamos graduarnos de papás.  Igualmente, antes de ser esposos, deberíamos licenciarnos de novios.  Los seres humanos somos de tal irresponsabilidad que, en las tareas más importantes de nuestras vidas, carecemos de preparación.

 

 

99.-  Cuando Carmen murió sentí por vez primera que me derrumbaba, su ausencia nos dejó desamparados.  Tarde entendí que el sentido de la vida no es otro que llenar de amor nuestro breve espacio.

 

100.-  Un bromista dice, y yo lo adopto en la vejez:  sé siempre moderado, al peligro no te arrojes, pero si ya estás ensartado, ni te aflijas ni te aflojes. 

 

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