Del Libro: “Las Tres Preguntas” de
Jorge Bucay
¿Se puede pensar
positivamente ante situaciones claramente desagradables?
Para poder
contestar a esta pregunta imaginaria, busqué toda la semana entre mis papeles
un texto que alguna vez escribió un prestigioso profesor de temas bíblicos, el
doctor Matthew Henry.
Una noche, cuando
volvía de la universidad donde daba clases, fue asaltado a punta de pistola a
pocas cuadras de su casa. Antes de acostarse,
creyente como era, se sentó ante su escritorio y apuntó la siguiente plegaria:
Señor, hoy fui asaltado
Y se me ocurre que debo agradecerte varias
cosas.
Primero quisiera agradecer
que nunca me hayan asaltado antes,
dado que en un mundo como éste
eso ya es casi un milagro.
En segundo lugar, quiero agradecer
que se llevaran sólo mi billetera
que como siempre, apenas contenía unos
pocos dólares.
Agradezco también, Señor,
que no estaban conmigo ni mi esposa ni mi
hija,
que se hubieran asustado mucho
y también el hecho de que,
afortunadamente,
no me lastimaran en ningún sentido.
Finalmente Señor, quiero agradecerte…
muy especialmente,
por haber sido al que robaron….
y no el que robó.
Vuelvo a
preguntar: ¿se puede pensar
positivamente ante situaciones claramente desagradables?
Parece que sí.
Espero que
entiendas que sé que no hay nada deseable ni maravilloso en ser robado a medianoche
cerca de tu casa, saqueado o golpeado hasta sangrar; pero pongo este ejemplo
para demostrar que, a pesar de todo, un horrible episodio puede y debe servir
de algo; no por lo inherentemente bueno de la situación, sino por la sabiduría
de aprender algo bueno incluso de lo peor.
Jung es uno de
los que sugerían que aquellos que no aprenden nada de los hecho desgraciados de
su vida, fuerzan a la conciencia cósmica a que reproduzca hechos similares para
que puedan incorporar lo que debían haber aprendido la primera vez que les
pasó.
Yo no creo en la
sentencia, pero sí coincido en sostener que hay algo que aprender en cada
episodio de nuestra vida.
Y que de ese
aprendizaje, se crece.
Y que con ese
crecimiento, se enseña.
Y que, crecido y
enseñado, uno se vuelve más fuerte.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario