viernes, 3 de abril de 2020

Del Libro: “Las Tres Preguntas” de Jorge Bucay


Del Libro:  “Las Tres Preguntas”  de  Jorge Bucay




 Qué maravilloso sería ser capaz de encontrar siempre lo bueno dentro de cada situación por inconveniente que parezca a simple vista.  Qué bueno sería aprovechar cada día sabiendo que es verdaderamente una oportunidad única para disfrutar de la vida.
¿Se puede pensar positivamente ante situaciones claramente desagradables?
Para poder contestar a esta pregunta imaginaria, busqué toda la semana entre mis papeles un texto que alguna vez escribió un prestigioso profesor de temas bíblicos, el doctor Matthew Henry.

Una noche, cuando volvía de la universidad donde daba clases, fue asaltado a punta de pistola a pocas cuadras de su casa.  Antes de acostarse, creyente como era, se sentó ante su escritorio y apuntó la siguiente plegaria:
Señor, hoy fui asaltado
Y se me ocurre que debo agradecerte varias cosas.
Primero quisiera agradecer
que nunca me hayan asaltado antes,
dado que en un mundo como éste
eso ya es casi un milagro.
En segundo lugar, quiero agradecer
que se llevaran sólo mi billetera
que como siempre, apenas contenía unos pocos dólares.
Agradezco también, Señor,
que no estaban conmigo ni mi esposa ni mi hija,
que se hubieran asustado mucho
y también el hecho de que, afortunadamente,
no me lastimaran en ningún sentido.
Finalmente Señor, quiero agradecerte…
muy especialmente,
por haber sido al que robaron….
y no el que robó.

Vuelvo a preguntar:  ¿se puede pensar positivamente ante situaciones claramente desagradables?
Parece que sí.
Espero que entiendas que sé que no hay nada deseable ni maravilloso en ser robado a medianoche cerca de tu casa, saqueado o golpeado hasta sangrar; pero pongo este ejemplo para demostrar que, a pesar de todo, un horrible episodio puede y debe servir de algo; no por lo inherentemente bueno de la situación, sino por la sabiduría de aprender algo bueno incluso de lo peor.

Jung es uno de los que sugerían que aquellos que no aprenden nada de los hecho desgraciados de su vida, fuerzan a la conciencia cósmica a que reproduzca hechos similares para que puedan incorporar lo que debían haber aprendido la primera vez que les pasó. 
Yo no creo en la sentencia, pero sí coincido en sostener que hay algo que aprender en cada episodio de nuestra vida.
Y que de ese aprendizaje, se crece.
Y que con ese crecimiento, se enseña.
Y que, crecido y enseñado, uno se vuelve más fuerte.


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario