Del Libro “Las Tres Preguntas” de
Jorge Bucay
La regla del OSO Idiota
El alumno viene a ver al maestro.
Trae un deseo determinado. Quiere algo. Dice que lo quiere con toda el alma, con
todo su ser.
Sueña de día y de noche con
tenerlo. Sufre mucho por esa situación y pide ayuda.
– ¿Qué debo hacer? - pregunta.
El maestro le propone una
secuencia de conductas: la regla del oso
idiota.
¿Por dónde se empieza?
En primer lugar, la O del oso señala:
¿Usted quiere algo? ¡Obténgalo!
Obtenga lo que quiere. ¡Vaya
por ello!
¿Qué es lo que busca? “El amor de esa mujer… Esta casa… Ese
trabajo…”
¡Vaya y obténgalo! ¡Haga
todo lo que pueda para obtenerlo!
Juéguese la vida, corra un riesgo,
comprométase con su deseo.
El alumno hace silencio y luego dice que es imposible.
Que lo ha intentado todo
pero no pudo, nadie podría. Es imposible
obtener lo que él quiere.
El maestro le cree, porque
a veces eso es muy cierto.
– ¿Qué dice la regla?
-pregunta el alumno- ¿Cómo sigue?
El maestro explica:
La regla del Oso dice que
después de la O viene la S.
¿No puede obtener lo que
quiere?
Ha hecho todo lo que se
podía hacer y fue imposible.
La S
indica: si no puede obtenerlo, ¡Sustitúyalo!
¡Cambie lo que quería por
otra cosa!
“Esta mujer no me quiere…” ¡Que lo quiera otra mujer!
“Esa otra tampoco me
quiere…” ¡Búsquese una tercera!
¡Encuentre un marinero! ¡Cómprese un perro!
– ¡Ah… no! -dice el alumno.
Lo que yo quiero no se
puede sustituir. Porque como esta mujer no hay…
Porque como esa casa…
¿Qué puedo hacer maestro? ¿Qué
nos dice la regla en tercera instancia?
El maestro dice O, S y otra vez O…
¡Olvídelo!
¿No puede obtener lo que
quiere? Qué pena.
¿No lo puede sustituir? Qué
mal.
Ahora, ¡Olvídelo!
– Ah, no…-dice el alumno. Eso no
puedo hacerlo, no quiero hacerlo. Es
imposible…
¿Cómo imposible?
Obtener no… Sustituir no…
¡¡Olvídelo!!
– No, maestro. ¡Jamás podría
olvidarlo!
Ahhh… El maestro piensa.
No lo puede Obtener.
No consigue Sustituirlo.
Y no quiere Olvidarlo…
No hace falta decirle nada
más.
El maestro ya sabe, gracias a la regla,
que su alumno, ¡es un idiota!
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