La crítica
es inútil porque pone a la otra persona a la defensiva, y por lo común hace que
trate de justificarse.
La crítica
es peligrosa, porque lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su
sentido de la importancia, y despierta su resentimiento.
… En lugar
de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos
de imaginarnos por qué hacen lo que hacen.
Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia
y la bondad. “Saberlo todo es perdonarlo todo”.
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