viernes, 17 de febrero de 2017

Del Libro “La Culpa” de Raquel Levinstein





SENSORES  DE  LA  CULPA

Para identificar si la culpa está en tu mente y tu corazón sin que tú la percibas de forma consciente, evalúa con toda honestidad los siguientes sensores o características de la persona que vive prisionera de ella:

-  La mayoría de las veces tiene conflictos, enfermedades y carencias.
-  Con frecuencia se siente agredida y ofendida por los comentarios de otros.  Piensa que la acusan o que tratan de humillarla.
-  Se comporta como jarrito de Tlaquepaque;  de todo se siente y se ofende.  Piensa que los demás la envidian y la quieren dañar y, de manera inconsciente, justifica sus acciones y pensamientos erróneos y agresivos.
-  Siempre encuentra el negrito en el arroz, es decir, le toca el peor lugar, la comida fría, el mesero grosero, etcétera.  Por un lado, esto se debe a su victimismo con el que de manera inconsciente encuentra la forma de pagar sus culpas y lavar su conciencia.  Por otro lado, justifica sus pensamientos y acciones culposos haciendo notar que el mundo está en contra de ella.
-  Con frecuencia atrae victimarios a su vida, es decir, personas que abusan de su buena voluntad.   
-  Atrae víctimas: personas en crisis y con conflictos que le hacen recordar su propio sufrimiento.  Trata de ayudarles para pagar o disminuir culpas e, inconscientemente, salvarse a sí misma.
-  Le tiene miedo a la felicidad porque no se siente merecedora de ella.
-  Por lo general es una persona egoísta y envidiosa.  Su mismo sufrimiento interior la hace desear lo que otros tienen y el egoísmo la lleva a pensar en ella misma y en los enormes sufrimientos y tristezas que enfrenta como un rosario interminable.
-  Es una incansable creadora de infiernos y sufrimientos para sí misma y los que están a su alrededor.
-  Padece las peores enfermedades (inconscientemente trata de pagar sus culpas y lavar su conciencia)
-  Con frecuencia tiene pérdidas, tragedias e ingratitudes imaginarias o reales.
-  Todo le cuesta el doble o triple de esfuerzo que a los demás.
-  Trata de ahogar las culpas en el alcohol, el tabaco, la droga o el sexo desbocado e irresponsable.
-  Es adicta al chisme, a la crítica y a los pleitos.
-  Siente que tiene mala suerte y que nada le sale bien.
-  Con frecuencia piensa que Dios no la escucha, pues de forma inconsciente se siente culpable.
- Con facilidad puede convertirse en una persona fanática, pero es usual que siempre esté angustiada y preocupada.  Sus propias culpas la hacen desconfiar de la respuesta divina.
-  Justifica sus fracasos y penurias en la responsabilidad y culpa de otros.
-  Hoy es gran cuate de fulano o zutano y mañana, su enemigo.  No puede confiar en los demás porque no confía en sí misma.
-  Se siente incomprendida por todo el mundo.
-  Vive en frecuente soledad interior.
-  Por lo general  sus relaciones son frívolas y superfluas, así evita ser juzgada.
-  De forma inconsciente, boicotea logros y satisfacciones personales de otros y de sí misma.
-Para esta persona las cosas siempre terminan mal o a medias, nunca en plenitud.

Todos estos aspectos pueden ayudarte a detectar si la culpa está instalada en tu interior. Sé honesto, recuerda que la culpa es un enemigo de gran tamaño que te condena a vivir un infierno repetido y eterno sólo por inconsciencia e ignorancia.  Atrévete a erradicarla de tu vida para siempre, a sacar ese tumor canceroso del alma que es en gran parte el responsable de tu infelicidad, frustración y tristeza.  En gran medida también es responsable de la tragedia que hoy por hoy enfrentamos como humanidad.  Es tiempo de despertar y caminar en dirección al viento sin lápidas, ataduras, culpas y sufrimiento.


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