SENSORES DE
LA CULPA
Para identificar si la culpa está en tu mente y tu corazón
sin que tú la percibas de forma consciente, evalúa con toda honestidad los
siguientes sensores o características de la persona que vive prisionera de
ella:
- La mayoría de las
veces tiene conflictos, enfermedades y carencias.
- Con frecuencia se
siente agredida y ofendida por los comentarios de otros. Piensa que la acusan o que tratan de
humillarla.
- Se comporta como jarrito de Tlaquepaque; de todo se siente y se ofende. Piensa que los demás la envidian y la quieren
dañar y, de manera inconsciente, justifica sus acciones y pensamientos erróneos
y agresivos.
- Siempre encuentra
el negrito en el arroz, es decir, le
toca el peor lugar, la comida fría, el mesero grosero, etcétera. Por un lado, esto se debe a su victimismo con
el que de manera inconsciente encuentra la forma de pagar sus culpas y lavar su
conciencia. Por otro lado, justifica sus
pensamientos y acciones culposos haciendo notar que el mundo está en contra de
ella.
- Con frecuencia
atrae victimarios a su vida, es decir, personas que abusan de su buena voluntad.
- Atrae víctimas:
personas en crisis y con conflictos que le hacen recordar su propio
sufrimiento. Trata de ayudarles para
pagar o disminuir culpas e, inconscientemente, salvarse a sí misma.
- Le tiene miedo a la
felicidad porque no se siente merecedora de ella.
- Por lo general es
una persona egoísta y envidiosa. Su
mismo sufrimiento interior la hace desear lo que otros tienen y el egoísmo la
lleva a pensar en ella misma y en los enormes sufrimientos y tristezas que
enfrenta como un rosario interminable.
- Es una incansable
creadora de infiernos y sufrimientos para sí misma y los que están a su
alrededor.
- Padece las peores
enfermedades (inconscientemente trata de pagar sus culpas y lavar su
conciencia)
- Con frecuencia
tiene pérdidas, tragedias e ingratitudes imaginarias o reales.
- Todo le cuesta el
doble o triple de esfuerzo que a los demás.
- Trata de ahogar las
culpas en el alcohol, el tabaco, la droga o el sexo desbocado e irresponsable.
- Es adicta al
chisme, a la crítica y a los pleitos.
- Siente que tiene
mala suerte y que nada le sale bien.
- Con frecuencia
piensa que Dios no la escucha, pues de forma inconsciente se siente culpable.
- Con facilidad puede convertirse en una persona fanática,
pero es usual que siempre esté angustiada y preocupada. Sus propias culpas la hacen desconfiar de la
respuesta divina.
- Justifica sus
fracasos y penurias en la responsabilidad y culpa de otros.
- Hoy es gran cuate
de fulano o zutano y mañana, su enemigo.
No puede confiar en los demás porque no confía en sí misma.
- Se siente
incomprendida por todo el mundo.
- Vive en frecuente
soledad interior.
- Por lo general sus relaciones son frívolas y superfluas, así
evita ser juzgada.
- De forma
inconsciente, boicotea logros y satisfacciones personales de otros y de sí
misma.
-Para esta persona las cosas siempre terminan mal o a
medias, nunca en plenitud.
Todos estos aspectos pueden ayudarte a detectar si la culpa
está instalada en tu interior. Sé honesto, recuerda que la culpa es un enemigo
de gran tamaño que te condena a vivir un infierno repetido y eterno sólo por
inconsciencia e ignorancia. Atrévete a
erradicarla de tu vida para siempre, a sacar ese tumor canceroso del alma que
es en gran parte el responsable de tu infelicidad, frustración y tristeza. En gran medida también es responsable de la
tragedia que hoy por hoy enfrentamos como humanidad. Es tiempo de despertar y caminar en dirección
al viento sin lápidas, ataduras, culpas y sufrimiento.
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