Los
seres humanos trabajamos para mantener una existencia decorosa y acorde con las
exigencias de la sociedad. Para comprender esta razón tenemos que
aceptar que la sociedad en la que vivimos nos exige que cumplamos con una serie
de valores; al tiempo que debemos asumir
que uno de los principales valores de nuestra sociedad es el trabajo
productivo.
A pesar de la validez y la importancia del
anterior señalamiento, es común que algunas personas supongan que el principal
valor de nuestra sociedad es la posesión de dinero o bienes materiales, a tal
grado que podrían llegar a pensar que una cuenta bancaria con muchos millones
es más importante que un trabajo caracterizado por la creatividad, la pasión y
el esfuerzo. Esta idea – sin duda alguna
– es absolutamente falsa, pues – como ya lo hemos señalado – el principal valor
de nuestra sociedad es el trabajo en sí mismo.
Veamos por qué: supongamos que usted, en vez de tener un
trabajo donde pueda materializar su creatividad, su pasión y su esfuerzo, se
dedica a una actividad ilícita que le permite obtener – sin trabajar de acuerdo
con los cánones que nos marca la sociedad – una gran cantidad de dinero. Usted es, para decirlo de manera clara y
precisa, un narcotraficante.
Sin duda su chequera estará abultadísima y
podrá brindar a los suyos todos los bienes materiales que deseen, pero –
lamentablemente – sus labores no cumplirán con los valores y las exigencias que
le impone la sociedad. Este sólo hecho –
a pesar de la fortuna que tenga – le
impedirá mostrarse ante los suyos como una persona digna, como un ejemplo a seguir o como alguien que ha cumplido con sus
exigencias para brindar a su familia todo aquellos que requería.
Así pues, debemos aceptar que el trabajo
válido y reconocido – y que nos permite presentarnos ante los nuestros con la frente en alto – es aquel que contribuye al engrandecimiento de la
sociedad. En efecto, cada uno de
los trabajos necesarios y valorados – aquí poco importa su humildad o su
opulencia – implica un beneficio a la sociedad.
Este beneficio a la sociedad es un motivo para
que el trabajador se sienta feliz, pues él sabe que gracias a su esfuerzo, su
creatividad y su pasión cotidianas contribuye a la construcción de
un mundo mejor donde él, su esposa, sus hijos, sus familiares y
todos sus seres queridos, encontrarán la felicidad a cada paso.
En el momento en que una persona asume que su trabajo
contribuye al beneficio de la sociedad, esto se reflejará en la vida de las
personas que ama: se convertirá en un
motivo de alegría, en una motivación de gran importancia para acometer sus
labores cotidianas, y para dar en ellas lo mejor de sí mismo.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario