Para que el cuerpo y la mente funcionen
saludablemente, además de una buena alimentación y del ejercicio físico, el
sueño es absolutamente necesario tanto para la salud física como para la mental. Dormir bien tiene repercusiones sobre el
resto de nuestras actividades. La
calidad del sueño no sólo permite la recuperación y el buen funcionamiento del
organismo, sino que también incide en el estado del ánimo, en la capacidad de
aprendizaje y en la fase de regeneración del sistema nervioso y los tejidos
corporales. Quien duerme mal suele estar
malhumorado, de ahí la necesidad de conocer las claves para un buen descanso.
Existen hábitos saludables en relación con el
sueño:
· 1) Ante todo, procurar que el
dormitorio sea un lugar agradable, ya sea por el color de las paredes como por
el decorado.
· 2) Tener en cuenta que los lugares
ruidosos o una habitación luminosa no ayudan a tener un sueño profundo.
· 3) Procurar acostarse todos los días
en torno a la misma hora, preferentemente antes de la medianoche; y procurar levantarse también a la misma
hora. Esta es una rutina saludable.
· 4) Evitar el consumo de bebidas
estimulantes (café, cacao, mate o té) cuatro horas antes de acostase; estas bebidas se pueden suplir con té de
manzanilla, boldo o tila.
· 5) Hacer una comida liviana por la
noche; no ayuda a dormir que la cena sea
la comida más importante del día.
· 6) Dormir en un lugar oscuro; lo deseable es que el dormitorio tenga
persianas o cortinas oscuras, si esto no es posible y la luz molesta para
dormir, utilizar un antifaz.
· 7) Dormir la siesta todos los días en
un hábito saludable, por dos razones principales: porque es una tregua o descanso de la
actividad diaria física y mental. Y
porque entre las 12 y 13 horas, hasta alrededor de las 15, existe un descanso
en la capacidad de atención.
Algunas personas que tienen dificultades para
dormir suelen tomar somníferos con el riesgo de entrar en un círculo vicioso,
que las lleve a la necesidad de tomar cada vez más y con efectos
decrecientes. Otras piensan que tomando
cierta cantidad de bebidas alcohólicas (vino, whisky, ron, coñac…) antes de
acostarse, se duerme con mayor facilidad;
pero esto no es garantía de buen
dormir a lo largo de toda la noche, ni puede afirmarse que favorezca un sueño
reparador.
Más que preocuparse por “tomar algo” que ayude
a dormir, se puede recurrir a soluciones más simples y efectivas. He aquí algunas sugerencias: que la
habitación está bien aireada y si la temperatura exterior no es muy baja,
dormir con la ventana abierta o entreabierta.
La cama en que se duerme también es importante: el colchón no debe ser demasiado blando ni la
almohada muy alta. Y, en lo posible, la
cama tiene que estar orientada de norte a sur, conforme a la dirección del
flujo energético.
.