Del Libro “La vaca” de Dr. Camilo Cruz - Vaca en los países
Espero que estas
historias te motiven a deshacerte de tus propias vacas y vivir una vida libre
de limitaciones.
Vaca Mexicana: “Yo
cargaba con la terrible vaca del ´no
me merezco tener nada´. Una
vaca que había heredado de mi madre. Mi
madre nació pobre, vivió pobre y siempre será pobre. Mi padre, por el contrario, nació pobre, pero
se superó muchísimo, lo cual, como era de esperarse, siempre creó muchos
conflictos entre ellos. Mis hermanos y
yo crecimos pensando que lo mejor era no aspirar a tener mucho. Este año, después de matar la vaca de la
pobreza, compré un automóvil, obtuve un crédito para la compra de una casa
nueva y estoy considerando iniciar un negocio.
Me aterra pensar que esta vaca me pudo haber mantenido atada a la
pobreza toda mi vida”.
Vaca Española: “Por alguna razón, siempre creí que el destino era algo que le sucedía a uno
y sobre lo cual no tenía ningún control. Después de leer esta historia he comprendido
que soy el dueño de mi destino, que tengo capacidad de elegir en cualquier
momento. Esto me ha permitido ser más
tolerante en mis relaciones personales, disfrutar mi presente a plenitud y
encarar el futuro con una visión más optimista”.
Vaca
Estadounidense: “Mi vaca era mi buena posición laboral. Un trabajo que podía ser envidiado por
cualquiera. Lo curioso era que yo ya no
sentía entusiasmo por mi trabajo, pero durante un largo año cargué con las
siguientes vacas: ´Pero, si éste
es el mejor trabajo´, ´qué más puedo querer´, aquí
está mi futuro´. Pero nada
de esto me llenaba y cada vez me sentía más vacía interiormente. Un buen día, cansada de cargar con estas
vacas, decidí renunciar a mi empleo y empezar mis estudios de postgrado, algo
que siempre había soñado hacer. Hoy,
estoy aprendiendo inglés y tengo frente a mí un futuro lleno de posibilidades
y, por supuesto, me ocupo de continuar matando las demás vacas que van
apareciendo en el camino”.
Vaca Japonesa: “Soy
extranjera viviendo en un país extraño para mí.
Uno de mis mayores obstáculos ha sido el no haber dominado todavía el
idioma. Algunas personas a mí alrededor
me dicen que ya es tarde para aprenderlo y que, dada esta limitante,
lo mejor es trabajar en lo que sea para sobrevivir. Después de leer el libro me doy cuenta que yo
acepté esta vaca por no llevarle la contraria a mis mayores y por evitar
problemas con mi familia. Esta historia
es una joya que me ha ayudado a reflexionar mucho acerca de cómo sacar a
relucir la persona que en verdad soy.”
Vaca Puertorriqueña: “Curiosamente
mi vaca – el alcoholismo de mi padre – no era en realidad mía. Podríamos decir que era una vaca
adoptada. Sin embargo, este vicio de mi
padre me había hecho crecer con muchos complejos. Siempre lo culpé a él por mis fracasos. Afortunadamente me di cuenta a tiempo que el
único responsable por mi vida soy yo.
Decidí asumir esa responsabilidad, dejar de buscar culpables por mis
caídas y salir tras mis metas”.
Vaca Ecuatoriana: “Yo era de
las personas que solía decir: ´Fumar no
me hace adicta, yo este mal hábito lo dejo cuando quiera, lo que pasa es que no
he tomado la decisión de dejarlo, eso es todo´.
Esa era mi vaca. Pero no era así. La verdad es que todos los días encontraba
una excusa para no hacerlo. Después de
leer esta historia entendí que la vaca del autoengaño me estaba
proporcionando la falsa idea de que yo tenía el control. Afortunadamente, encontré la fuerza necesaria
para dejar esta adicción y ya llevo un par de meses sin fumar”
Vaca Venezolana:
La vaca de la
falta de tiempo, es sin lugar a dudas, una de las más comunes. “Yo encontraba que siempre que debía hacer
algo importante y no lo hacía, afirmaba que era por falta de tiempo. Esta vaca me robó un gran número de
oportunidades que me pasaron de largo.
Maté mi vaca aprendiendo a planear y programar bien el día. De esta manera realizo todo aquello que deseo
y necesito hacer. Como resultado de esta
decisión, hoy gozo de la paz interior y la tranquilidad de saber que he llevado
a cabo aquellas actividades prioritarias en mi vida”.
Vaca colombiana: “Mi vaca
era bien específica: ´¡Yo no sirvo para
las ventas! Soy ingeniera: eso fue lo que estudié y en lo que siempre me he
desempeñado´. Esta vaca no había sido mayor problema en mi vida hasta que se
presentó una excelente oportunidad en el departamento de ventas de la empresa
donde trabajaba. Sin embargo, hablé con
el gerente de la empresa y le dejé saber que estaba dispuesta a aprender lo que
fuera necesario. Y a pesar de mi
inexperiencia en el área comercial, acepté el reto de esta nueva posición. Hoy, no sólo he descubierto que soy excelente
para las ventas, sino que creo que encontré mi verdadera vocación”.
Recuerda que lo único que tienen en común todas las
vacas a las cuales nos hemos referido en este capítulo es que perpetúan el conformismo y te mantienen
atado a una vida de mediocridad. Matar
tus vacas comienza por eliminar todas estas expresiones de tu vocabulario y
sobre eso tú tienes control absoluto. Es
tu decisión.
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