viernes, 13 de octubre de 2023

 

Del Libro  “La vaca” de Dr. Camilo Cruz  -  Vaca en los países

 



Espero que estas historias te motiven a deshacerte de tus propias vacas y vivir una vida libre de limitaciones.

 

Vaca Mexicana:  “Yo cargaba con la terrible vaca del  ´no me merezco tener nada´.  Una vaca que había heredado de mi madre.  Mi madre nació pobre, vivió pobre y siempre será pobre.  Mi padre, por el contrario, nació pobre, pero se superó muchísimo, lo cual, como era de esperarse, siempre creó muchos conflictos entre ellos.  Mis hermanos y yo crecimos pensando que lo mejor era no aspirar a tener mucho.  Este año, después de matar la vaca de la pobreza, compré un automóvil, obtuve un crédito para la compra de una casa nueva y estoy considerando iniciar un negocio.  Me aterra pensar que esta vaca me pudo haber mantenido atada a la pobreza toda mi vida”.

 

Vaca Española: “Por alguna razón, siempre creí que el destino era algo que le sucedía a uno y sobre lo cual no tenía ningún control.  Después de leer esta historia he comprendido que soy el dueño de mi destino, que tengo capacidad de elegir en cualquier momento.  Esto me ha permitido ser más tolerante en mis relaciones personales, disfrutar mi presente a plenitud y encarar el futuro con una visión más optimista”.

 

Vaca  Estadounidense:   “Mi vaca era mi buena posición laboral.  Un trabajo que podía ser envidiado por cualquiera.  Lo curioso era que yo ya no sentía entusiasmo por mi trabajo, pero durante un largo año cargué con las siguientes vacas:  ´Pero, si éste es el mejor trabajo´, ´qué más puedo querer´, aquí está mi futuro´.  Pero nada de esto me llenaba y cada vez me sentía más vacía interiormente.  Un buen día, cansada de cargar con estas vacas, decidí renunciar a mi empleo y empezar mis estudios de postgrado, algo que siempre había soñado hacer.  Hoy, estoy aprendiendo inglés y tengo frente a mí un futuro lleno de posibilidades y, por supuesto, me ocupo de continuar matando las demás vacas que van apareciendo en el camino”. 

 

Vaca Japonesa:  “Soy extranjera viviendo en un país extraño para mí.  Uno de mis mayores obstáculos ha sido el no haber dominado todavía el idioma.  Algunas personas a mí alrededor me dicen que ya es tarde para aprenderlo y que, dada esta limitante, lo mejor es trabajar en lo que sea para sobrevivir.  Después de leer el libro me doy cuenta que yo acepté esta vaca por no llevarle la contraria a mis mayores y por evitar problemas con mi familia.  Esta historia es una joya que me ha ayudado a reflexionar mucho acerca de cómo sacar a relucir la persona que en verdad soy.”

Vaca Puertorriqueña:  “Curiosamente mi vaca – el alcoholismo de mi padre – no era en realidad mía.  Podríamos decir que era una vaca adoptada.  Sin embargo, este vicio de mi padre me había hecho crecer con muchos complejos.  Siempre lo culpé a él por mis fracasos.  Afortunadamente me di cuenta a tiempo que el único responsable por mi vida soy yo.  Decidí asumir esa responsabilidad, dejar de buscar culpables por mis caídas y salir tras mis metas”.

Vaca Ecuatoriana:  “Yo era de las personas que solía decir:  ´Fumar no me hace adicta, yo este mal hábito lo dejo cuando quiera, lo que pasa es que no he tomado la decisión de dejarlo, eso es todo´.  Esa era mi vaca.  Pero no era así.  La verdad es que todos los días encontraba una excusa para no hacerlo.  Después de leer esta historia entendí que la vaca del autoengaño me estaba proporcionando la falsa idea de que yo tenía el control.  Afortunadamente, encontré la fuerza necesaria para dejar esta adicción y ya llevo un par de meses sin fumar” 

Vaca Venezolana:  La vaca de la falta de tiempo, es sin lugar a dudas, una de las más comunes.  “Yo encontraba que siempre que debía hacer algo importante y no lo hacía, afirmaba que era por falta de tiempo.  Esta vaca me robó un gran número de oportunidades que me pasaron de largo.  Maté mi vaca aprendiendo a planear y programar bien el día.  De esta manera realizo todo aquello que deseo y necesito hacer.  Como resultado de esta decisión, hoy gozo de la paz interior y la tranquilidad de saber que he llevado a cabo aquellas actividades prioritarias en mi vida”.

Vaca colombiana:  “Mi vaca era bien específica: ´¡Yo no sirvo para las ventas! Soy ingeniera: eso fue lo que estudié y en lo que siempre me he desempeñado´. Esta vaca no había sido mayor problema en mi vida hasta que se presentó una excelente oportunidad en el departamento de ventas de la empresa donde trabajaba.  Sin embargo, hablé con el gerente de la empresa y le dejé saber que estaba dispuesta a aprender lo que fuera necesario.  Y a pesar de mi inexperiencia en el área comercial, acepté el reto de esta nueva posición.  Hoy, no sólo he descubierto que soy excelente para las ventas, sino que creo que encontré mi verdadera vocación”.

 

Recuerda que lo único que tienen en común todas las vacas a las cuales nos hemos referido en este capítulo es que perpetúan el conformismo y te mantienen atado a una vida de mediocridad.  Matar tus vacas comienza por eliminar todas estas expresiones de tu vocabulario y sobre eso tú tienes control absoluto.  Es tu decisión.

 

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