Del libro “La vida es para gozarla” de
Arturo Malpica
¿Te cerraron la
puerta?
¡Métete por la
ventana!
Se rechaza un beso, un abrazo, un saludo,
un chiste, una mirada, una entrada, una invitación, una llamada, una ayuda, un
préstamo, propuestas, relaciones, una visa, un permiso. Te rechazan porque no tienes, por profesar
una fe, por el color, por la estatura, por el estatus social. Te rechazan por ignorancia, por creencias,
por prejuicios, por ceguera, por injusticia, por error, por conveniencia, por
favoritismo. Hay rechazos amargos, dulces, directos, indirectos, de frente,
disfrazados, descarados, circunstanciales.
Vivimos en un mundo donde la gente te
rechaza antes de conocerte.
1.- Si te rechazan… ¡No te
lo tome tan en serio! Para unos es
una tragedia, para otros sólo un inconveniente o un desafío de vida.
2.- Cambia tu valor. Por ejemplo, si te rechazaron una cita
amorosa, en lugar de minimizar tu valor como persona, enaltécelo: “No valgo mucho porque me rechazaron” por “Valgo más porque me atreví, mi
autoestima sólo depende de mí.”
3.- Haz una lista de cinco cualidades que tienes: optimista,
generoso, cortés, proactivo, trabajador, responsable, puntual. Tendrás muchas, céntrate en ellas. Al hacerlo, trata de recordar el día en que por una de ellas fuiste aceptado,
admitido, aprobado y te recibieron con los brazos abiertos.
4.- Ve a un parque, a un centro
comercial o a una calle, y pide un favor, una ayuda, una moneda. Te enfrentarás a muchas negativas, pero
también muchos te saludarán y hasta seguro consigues una cita. Reconoce que lo que se está rechazando es el favor o la moneda, no a ti.
5.- Inmunízate. Busca que por lo menos una vez alguien te
rechace en algo.
Es paradójico, pero lo que no te hace daño,
te fortalece. Comienza con aquellas
personas y situaciones que te resultan más fáciles de manejar: familia y amigos.
Comienza con algo simple que sabes generará
rechazo: teñirle el pelo de morado a tu
mamá, solicitar un empleo en la ONU, pedir una reunión con el presidente. Algo que sepas te suscitará rechazo.
Experimentar el rechazo en escenarios
esperados y en contextos y con personas no implicará una gran carga
emocional. Entre más rechazos, más te estarás vacunando.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario