Del Libro “Soy mujer, soy invencible ¡y estoy
exhausta! De Gaby Vargas
Necesitamos saber decir “no”. No al
trabajo que nos sobrepasa. No a
todas las demandas de nuestros hijos y nuestra pareja. No a todos los compromisos sociales. No a la cantidad y SI a la calidad. De momento nos desconcierta, porque desde
chicas nos han inculcado lo contrario. Pero si no comenzamos a hacerlo,
pondremos en riesgo lo siguiente:
Nuestra salud
mental. El estrés que
genera tratar de quedar bien con todos tiene un impacto negativo en el
cerebro. Nos sentimos fatigadas,
irritables y estamos propensas a la depresión.
Nuestra salud
física. El estrés crónico
provoca niveles altos de adrenalina, lo cual eleva la presión sanguínea y el
ritmo cardíaco. Esto provoca que el
sistema inmunológico se debilite y nos dé gripe porque vuela la mosca.
Nuestras
relaciones. Negarnos un
espacio por dárselo a las mil tareas pendientes pude parecernos razonable. Sin embargo, después de un tiempo nos damos
cuenta de que ignorar nuestras necesidades por atender las de otros es la razón
misma por la que surgen los problemas con ellos. Los estudios comprueban que las crisis
familiares no se deben al exceso de responsabilidades sino a la incapacidad
para disfrutar de la vida. Hacerlo
implica decir “no” de vez en cuando.
Aquí te presento algunas herramientas que nos ayudan a
que no se escape el “si” tan fácilmente.
·
Antes de contestar a una petición, date
un tiempo para sopesar las consecuencias y di: “Déjame pensarlo. Yo te contacto.” O: “Déjame ver mi agenda y yo te
llamo.”
·
Practica algunas frases con la palabra “no”,
solo para que te acostumbres a la sensación de decirla. Comienza con pequeñas cosas y, poco a poco,
avanza a situaciones más difíciles.
·
La honestidad es el camino más fácil y
rápido. Habla con el corazón.
·
Evita estar siempre para todos. No es egoísmo. Descubre qué te da placer y hazlo. Consiéntete.
Date permiso, aun si tienes trabajo atrasado. Disfruta lo que disfrutas. Es el verdadero lujo de la vida.
·
Cuando estés en una situación en la cual
el “si” está a punto de escapar de tu sistema, pregúntate: “¿Cómo me siento
ante esto?”, y exprésalo en palabras. Te
aseguro que te vas a sentir muuuy bien.
BENEFICIOS DE SABER DECIR “NO”
1.- Cuando
aprendes a decir “no quiero”, “no puedo”, “no me late”, “no estoy de acuerdo” o “no
entendí”, conquistas una libertad maravillosa. Tú misma no creerás lo bien que te sientes.
2.- Tomas el control de tu vida y no dejas
que otros te manejen. Tampoco te quedas
como espectadora, sin hacer nada, esperando a que las cosas se den solas (lo
cual nunca sucede).
3.- Dejas de hacer
o decir cosas con las que no estás de acuerdo.
Te sientes muy bien porque eres
congruente con lo que piensas y con lo que haces; los demás se dan cuenta y te empiezan a
respetar y admirar.
Recuerda: no se
trata de decir “no” a otra persona, se trata de decirte “si” a ti misma.
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