Del Libro “Los Diez Retos” de Leonard Felder
La técnica de preguntarte constantemente: “¿Cómo puedo ser útil?” podría ser fuente de muchas ideas gratificantes y proyectos significativos. Evidentemente deberás asegurarte de no comprometerte en exceso ni agotarte. Pero nunca carecerás de sentido y finalidad si te acuerdas de enfrentar cada momento difícil de tu vida con esta actitud: “¿Cómo puedo transformar esto en algo útil para los demás?”
Por ejemplo, Nina es una mujer divorciada de poco menos
de 50 años con dos hijos adolescentes y
un empleo como gerente en una gran empresa.
Hace poco Nina oía hablar constantemente a sus hijos y a otros padres de
su escuela de que había escasez de computadoras de calidad para las clases de
los niños. Por lo general Nina no se
considera una persona de inclinaciones políticas ni una activista. De hecho me dijo: “Soy una de esas personas que están tan ocupadas con el trabajo, los hijos y las
demás responsabilidades de la vida que raramente tengo tiempo de leer el diario
o mantenerme al tanto de lo que ocurre”.
Pero la idea de que sus hijos y muchos otros niños
estuvieran en desventaja porque sus escuelas no podían proporcionarles
computadoras de calidad la inquietó tanto que decidió involucrarse. Para empezar, simplemente llamó a varios
ejecutivos de su propia empresa y discutió con ellos si les interesaría
conseguir una disminución de impuestos para la compañía a cambio de que donaran
algunas de las viejas computadoras que ya no usaban. Estas máquinas no tenían más de entre dos y
seis años, lo cual significaba que la corporación las consideraba obsoletas,
pero a las escuelas les habría encantado tenerlas.
Trabajando sólo media hora por día en este proyecto, Nina
comenzó a explorar otras empresas que no usaban sus computadoras levemente
envejecidas. Bastante pronto consiguió
en donación más veinticinco máquinas para la escuela de sus hijos. Pensó en detenerse ahí, pero cuando el director
de la escuela cercana pidió ayuda, siguió dedicando media hora diaria a sus
consultas telefónicas con diversas empresas.
Antes de un año había logrado acordar que más de doscientas computadoras
fueran donadas a escuelas de presupuesto restringido.
La historia de Antonio es un segundo ejemplo de cómo
tomar un poco de distancia de una situación frustrante y preguntarse: “¿Cómo puedo transformar esta experiencia en
algo que ayude a los demás y aumente mi sensación de finalidad?” Hombre sensible e inteligente de poco menos
de 40 años que ha trabajado en varios campos, hace poco Antonio creyó que
finalmente había encontrado el rumbo de su carrera. Le parecía que su trabajo como ejecutivo de
cuenta en una agencia de publicidad finalmente le daba un empleo con futuro y cierta seguridad. Luego una crisis económica de toda la industria
del trabajo publicitario puso en bancarrota la empresa donde trabajaba. Se quedó desolado. Durante varias semanas se regañó repitiéndose
que, una vez más, esto demostraba que era un irresponsable, un fiasco, y que
nunca hallaría un rumbo que valiera la pena.
Sin embargo, cuando transformó su contrariedad en la
pregunta “¿Cómo puedo utilizar esta experiencia para serle útil a los demás?”
se le ocurrieron varias ideas constructivas.
Pensó en crear una empresa de consultoría para capacitar a personas que
habían perdido sus empleos. Consideró la
posibilidad de escribir un libro acerca de cómo lidiar con las dudas y voces
críticas interiores cuando se está sin trabajo.
También examinó actividades voluntarias que le darían una sensación de
finalidad y satisfacción mientras buscaba otro empleo. Escogió cuidadosamente de entre varias
oportunidades de actividades voluntarias y decidió trabajar sin remuneración
mientras enviaba su curriculum y aguardaba saber de los empleadores.
Trabajando dos veces por semana como voluntario en un
hospital, Antonio volvió a descubrir el sentimiento de su propio valor que le
había sido arrebatado al perder su trabajo.
Según dice, “Aunque fue frustrante solicitar empleo en agencias
publicitarias y ser rechazado, al ir
todas las semanas a mi trabajo voluntario volví a sentirme útil. Trabajar con gente que tiene interés en lo
que hace y ayudar a personas que realmente aprecian a quien demuestra interés
produjo un cambio significativo en mi situación. Dejé de criticarme retrospectivamente y
comencé a sentir nuevamente que estoy aquí con una finalidad”.
Tras seis meses como voluntario, le pidieron que se
encargara de un nuevo puesto como coordinador de servicios voluntarios. Aunque había creído que su futuro estaba en
el campo de la publicidad, descubrió que su satisfacción provenía de trabajar
con gente de las profesiones asistenciales.
Lo que comenzó como un contratiempo en su carrera se convirtió en una
oportunidad gratificante. Antonio
admite: “No sé si éste es un puesto para siempre, pero lo que sí sé es que he
aprendido mucho acerca de mí mismo y lo que soy capaz de lograr si confío en
mis instintos y no dejo de concentrarme en lo que parece valer la pena”.
En tu propia vida, ¿cuáles
son la ideas creativas no expresadas, las pasiones no aprovechadas y los dones
o aptitudes ocultas que tal vez quisieras comenzar a considerar? Intercambia ideas con un amigo, pariente, o
asesor acerca de las diversas opciones
con que cuentas para dar más sentido y satisfacción a tu vida. No tienes que encontrar un proyecto
inmediato. Puede que a veces respondas a
una situación en donde de momento se necesite tu ayuda; otras veces puede que
recuerdes un sincero interés que hayas tenido que postergar o pasar por alto
hace un tiempo pero que ahora podrías reanudar con buen éxito. No hay mayor satisfacción que ser útil para
un propósito más elevado.
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