“No puedo”
- Mi hija de ocho años tiene miedo de intentar cosas nuevas
y se desalienta con facilidad cuando su primer intento para hacer algo no
funciona. Por ejemplo, si trato de alentarla para que cruce la alberca
tres veces en vez de dos, responde “No puedo”.
Aunque traté intensamente animarla y de mejorar su confianza en sí
misma, no lo intenta. Si su maestra de
piano le deja algún ejercicio especial, no acaba de intentarlo cuando ya se da
por vencida. No comprendo por qué es tan
baja la autoestima de esta criatura que en todos los demás aspectos es tan
capaz. ¿Cómo puedo ayudarla?
R. - El problema de su hija tiene poco que ver con
su autoestima y mucha relación con la forma en que usted responde a sus
frustraciones. Se está usted
involucrando demasiado (en el terreno emocional) en lo que se refiere al
desarrollo de su hija, trátese de la natación, de las clases de piano, o lo que
sea.
El aprendizaje de cualquier capacidad nueva, involucra
cierto grado de frustración…. Y cuando su
hija se topa con la frustración, usted corre a rescatarla. Aunque sus intenciones son buenas, la verdad
es que le está impidiendo que resuelva la frustración a su manera y a su propio
tiempo y ritmo. Su renuencia obstinada a
escuchar sus indicaciones es una voz que dice “Déjame en paz, mamita”. Cuando usted se involucra en su frustración, sino también con la de usted. La consecuencia es que, entre más presione
alentándola, más se resistirá la niña.
Permia que la nena resuelva las cosas a su modo. Si ella quiere hablar con usted respecto a
los problemas que tenga para cruzar la alberca o para aprender un nuevo
ejercicio en el piano, escúchela y déjela hablar. Cuando sea el momento oportuno (después de
que ella termine de hablar) dígale: “Aprender cosas nuevas requiere mucho esfuerzo
y paciencia. Perder la paciencia significa
que hay que hacer a un lado las cosas y regresar a ellas más tarde”. En otras palabras, le está usted concediendo la autorización para sentirse frustrada y
para “darse por vencida” aunque sea por un tiempo.
Si la peque insiste con el “no puedo”, encójase de hombros y
diga: “Pues ni modo. No lo hagas.
Si crees que has hecho lo
mejor posible y estás convencida de que no puedes, quizás debes darte por
vencida”. Breve y dulcemente. Luego, de la media vuelta y déjela a solas
con su problema.
Al no dejarse
involucrar emocionalmente en las frustraciones de su hija, la hará responsable
de sus sentimientos. Mi padre lo
definía como “cocerse en su jugo”. Dado
que usted se mantiene al margen, le concede la libertad para intentarlo de
nuevo porque ya en ese caso puede lanzarse sobre sus propios términos,
no los de usted. Lo más probable
es que alcance el éxito.
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