Del Libro “Una vaca se estacionó en mi lugar” de Leonard Scheff / Susan Edmiston
OFRECER Y RECIBIR REGALOS
Durante el día,
busca oportunidades para hacer un pequeño regalo.
Detén la puerta a
la persona que entre detrás de ti.
Di “si” cuando
alguien te pida que vean juntos una película aunque no sea la que tú tenías en
mente.
En el trabajo da
crédito a un asistente o a un colega que haya contribuido al éxito de tu
proyecto.
Comparte tu
almuerzo con algún compañero que mire con envidia lo que tu pareja te ha
preparado.
Tenlo presente
para ti mismo. “Acabo de dar un regalo”
y analízate para saber cómo te sientes. Más importante que el aprecio que recibas en
retribución es que cultives en ti la compasión y la generosidad.
De igual manera,
ten presentes los momentos en que alguien se ha esforzado por ti o te ha dado
algo:
Cuando tu esposo
hizo un esfuerzo especial por preparar tu platillo favorito;
Cuando tu esposa
se ofreció a llevar el auto a servicio para que tuvieras la tarde libre;
Cuando un amigo,
que sabe que has sufrido una desgracia, te llama para preguntar cómo
estás.
Alguien honra tu
bienestar por encima del suyo.
Quizá no hayas
tenido la oportunidad de decir “gracias”, pero di para tus adentros: “Acabo de recibir un regalo”.