Del Libro “El Feo”
de Carlos Cuauhtémoc Sánchez.
La apuesta de Pascal
Blais Pascal, en
su libro póstumo Pensamientos, escribió una tesis revolucionaria: Los hábitos son muy difíciles de romper
porque provienen de actos repetidos.
Para cambiar de hábitos es necesario forzarnos a la inducción de nuevos
actos haciendo como sí. Por ejemplo, para creer en Dios, aunque seas
ateo, haz como si creyeras; no
cuestiones, no razones, sólo haz lo que un creyente hace: reza por las mañanas, lee los libros
sagrados, asiste a reuniones de practicantes, actúa como creyente, y poco a
poco la conducta inducida te hará cambiar
de convicciones y creerás. Lo
mismo sucede en sentido opuesto; quien tiene la convicción de creer, sólo
necesita comportarse como si no creyera, para perder poco a poco su fe.
Claudia Noseda lo
explica muy bien: “El hábito (la
vestimenta) No hace al monje porque no
basta con que un hombre use una túnica franciscana, por ejemplo, para
convertirse en un franciscano; es
preciso que, además de la vestimenta marrón y el cordel anudado a la cintura,
ese hombre cumpla con las prácticas de la vida y del quehacer propio de un
franciscano, pero por otro lado, el hábito SI hace al monje porque de
proponerse ese hombre acatar los reglamentos de la Orden, la vestimenta le
recordará diariamente su condición de monje franciscano”.
En este contexto,
la vestimenta adecuada propicia acciones y las acciones producen convicciones.
¿La mona que se
viste de seda, mona se queda? Mentira.
Motivada por la seda, la mona puede actuar como si no fuera mona y así dejará de serlo, o al menos de
parecerlo.
Si decido tratar
a una persona como si la quisiera,
le brindaré apoyo, le dedicaré tiempo y la respetaré; entonces mi afecto hacia
esa persona se hará real.
Hace poco salió
otra película con el gastado argumento de una pareja de desconocidos que por
motivos comerciales deben hacerse pasar por esposos y fingir que se aman. Antes de verla deducimos el final: es obvio, acabarán enamorándose. Siempre sucede. Cuando un hombre y una mujer de común acuerdo
hacen como si se quisieran, tarde o
temprano se querrán de veras. Lo mismo
ocurre en sentido opuesto. Hay parejas
que tienen todo para amarse y ser felices pero se portan como si no se quisieran: se
tratan con indiferencia, evitan los detalles y las palabras cariñosas, no son
románticos entre ellos. Tarde o temprano
terminan detestándose.
De los actos
nacen los sentimientos.
Las personas no
podemos controlar lo que sentimos, pero sí lo que hacemos. Actuando de forma constructiva generaremos
emociones constructivas. Actuando de
forma destructiva generaremos sentimientos destructivos.
Pascal fue muy
criticado por los intelectuales y filósofos del siglo XVII, pero la efectividad
de su teoría ha sido comprobada. Haz como si… funciona en todos los
aspectos de la vida.
¿No te gusta tu
trabajo? Haz como si te gustara; decide tener actitudes y comentarios en
armonía con este nuevo supuesto, y
acabará gustándote de verdad.
Esta técnica nos enseña cómo cambiar de hábitos.
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