Del libro “Los
Diez Retos” de Leonard Felder
TRES COSAS BUENAS
Durante casi un año antes de su impresionante avance,
Rafael y su esposa tenían crisis diarias a causa de sus problemas económicos y
la enfermedad de uno de sus hijos. Uno
de los métodos que utilizaron para mantenerse positivos en su difícil viaje es
algo llamado Tres Cosas Buenas. En
cualquier día frustrante o fatigoso, una de las mejores maneras de recuperar la
sensación de calma y receptividad es apartar unos cuantos minutos serenos para
decirse a sí mismo o a la persona con quien se vive: “Tres cosas buenas que ocurrieron
hoy son…”
Cuando Rafael y Carolina intentaron por primera vez el ejercicio
de las Tres Cosas Buenas por la noche antes de dormir, Rafael informó: “Fue difícil.
Ni Carolina ni yo teníamos la costumbre de reparar en nada bueno con
respecto a cada día, porque estábamos atrapados en nuestros esfuerzos
económicos y crisis de familia. Nuestra
hija menor estaba siendo sometida a
tratamientos para un serio problema respiratorio y todo empezaba a parecer
abrumador”.
“De modo que esa primera noche lo único que se me ocurrió
como tres cosas buenas es que nuestros otros hijos parecían estar sanos, los
platos estaban lavados y los ojos de Carolina seguían pareciéndome bellos. Y creo que Carolina tardó un rato antes de que
se le ocurrieran tres cosas buenas, que eran que su gato había estado juguetón
y divertido esa mañana, que su paseo a la hora de la comida había sido
relajante, y que la erupción cutánea en su brazo había mejorado un poco. Nada
demasiado emocionante, pero gracias a
ese sencillo ejercicio nos sentimos mucho más unidos como pareja y mucho
más positivos con respecto a nuestras vidas.
Como la mayoría de la gente que ha hecho uso de este
ejercicio. Rafael y Carolina
descubrieron que casi todas las veces que enumeraban tres cosas buenas que
hubiesen ocurrido un día determinado (incluso un día terrible o sin
acontecimientos), esto les levantaba el ánimo y pasaban de estar fatigados a
sentirse más relajados, de estar desalentados a sentirse más receptivos y positivos.
En esencia, lo que hace el ejercicio de las Tres Cosas
Buenas es atravesar los celos, comparaciones y otros pensamientos
desalentadores que todos los días acumulamos en la mente. Tomándonos unos momentos para darnos cuenta y
expresar con palabras que realmente hubo ese día por lo menos tres cosas
buenas, podemos transformar la tendencia hacia la inactividad y el desaliento
en un sentimiento positivo de gratitud y aprecio con el cual terminar el día.
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