¡Eres
una tonta! – le dijo el Cañón.
¡Mírate! ¡Mira tus
preocupaciones, son todas ellas tan insignificantes! Tu vida es tan corta y tan pequeña, que
pasará, como todo lo que pasa y yo seguiré aquí; transformándome poco a poco. No eres nada ante la inmensidad del universo.
¿Por
qué me dices eso? ¿No ves que estoy muy
triste porque todo está en mi contra?
¿En
verdad crees que eres tan importante? -
preguntó el Cañón. ¿En verdad crees que
el mundo entero se va a parar por tus problemas o por tus miedos? ¡Nunca!
Aunque así lo parezca, no es así, deja de atormentarte con naderías, deja de llenar tu corta vida con miedos
y angustias que no te llevarán a ningún lado.
Pero
si no sé qué me depara el futuro.
¿Qué
te importa el futuro? - rugió el
Cañón. ¿Por qué te afanas en buscar la
seguridad en todo? De lo único que
puedes estar segura es de que en unos años ya no estarás aquí, disfruta de lo
que tienes.
Pero
si no tengo nada.
Tienes
todo lo que necesitas – dijo el Cañón. Atrévete a vencer el vértigo que te
provoca la vida y ¡!aviéntate!! Aviéntate como el águila que se tira de su nido
por primera vez para descubrir que puede volar.
Aprende de ella, aprende de su confianza en la vida. Eres un ser perfecto como todo lo que te
rodea, y entiende que tienes, como todo
en la naturaleza, una misión específica búscala, encuéntrala y descubre
en ti la razón de ser y de existir.
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