lunes, 7 de octubre de 2024

Tune up emocional… Autora: Alicia Campos Vera

 

Tune up emocional… Autora:  Alicia Campos Vera 

 



Un tune up en términos de música, significa ajustar los instrumentos musicales para una perfecta entonación.

Un tune up en informática equivale a hacer limpieza y corregir fallas del equipo de cómputo y optimizar el sistema, para que mejore la eficacia.

En términos de mecánica, un tune up significa hacer ajustes y pequeñas reparaciones a la maquinaria, para lograr que el auto tenga un desempeño eficiente.

Un tune up emocional equivale a regular y/o gestionar las emociones en forma personal, o mediante terapia psicológica, psiquiátrica o tanatológica, para dar nuestro mejor rendimiento, para estar sanos, felices y en paz con la vida.

 Imagina un auto que empieza a marcar el foco del aceite o el de mantenimiento, y tú lo ignoras. Al poco tiempo empieza a temblar y hacer ruidos extraños, hasta que un día simplemente no enciende.  Si inicialmente solo requería cambio de aceite y bujías, ahora necesita una reparación mayor, más costosa, dejando el auto en un taller mecánico por varios días, lo cual te obliga a utilizar transporte público que limitan tu movilidad.

Algo similar ocurre con el ser humano, algunos “focos de alerta” son ignorados creyendo que es normal estar irritable, estar triste, no dormir bien, no comer bien, tener adicciones, estar deprimido, estar estresado y ansioso, etc., cuando en realidad todos ellos requieren atención al convertirse en una constante que afecta negativamente tu vida diaria.

No dejes que las emociones afecten tu salud física, con enfermedades como colitis, gastritis, dermatitis, hipertensión y hasta un cáncer en el peor de los casos. En cuanto veas que las emociones y sentimientos están afectando tu día a día, y sobre todo que no te permiten disfrutar de la vida, busca ayuda. En mi experiencia tanatológica, la mayoría de los duelos se empiezan a resolver en la siguiente proporción: el 10% de alivio ocurre con el simple hecho de saber que hay alguien que puede escucharlos, sin juzgarlos o criticarlos; un 40% de mejoría ocurre al hablar de su sentir; y el 50% restante es gracias al trabajo guiado por un profesional. Supongo algo similar ocurre en psicología y psiquiatría, solo que el proceso es de mayor duración. 

Los especialistas en la salud emocional no solo tratan fobias, ataques de ansiedad, ataques de pánico, estrés postraumático, síndrome de burnout, los TOCs (Trastornos Obsesivo-Compulsivos), etc., están para ayudar a quien por sí mismo no logre, o se le dificulte, manejar sus emociones y encontrar formas de ser felices a pesar de las dificultades.

Es muy común escuchar la expresión “¡como crees que le voy a contar mis cosas a un extraño!”, pero lo grave es que ni siquiera lo hablan con alguien de su confianza, y cuando deciden hacerlo, buscan a quien les diga lo que quieren escuchar, y entonces solo se ciclan en los mismos hábitos, que por lo general se van agravando.  Esos terapeutas, a quienes consideran extraños para compartir sus problemas, son estudiosos de la salud y del comportamiento humano, con ética profesional, que tienen la ventaja de ser neutrales o imparciales, empáticos, y con una visión más amplia de lo que te puede estar sucediendo.

Otra expresión que seguido escucho en la práctica tanatológica es “no quiero llorar frente a un extraño”, y la verdad es que no quieren llorar frente a nadie, porque en nuestra cultura aprendimos que llorar es “algo malo”, es “de cobardes”, y que es un “signo de debilidad”; por lo tanto, genera un sentimiento de vergüenza, un miedo a la crítica y a la desaprobación, cuando en realidad el llanto es una respuesta natural del cuerpo ante el dolor y proporciona alivio inmediato. El llanto es esencial para nuestro bienestar emocional.

Dentro de los beneficios de ir a terapia, es que te ayuda a encontrar formas de manejar conflictos, a cambiar creencias mediante nuevos puntos de vista, a resaltar tus cualidades y tu potencial, a vencer tus miedos, a trabajar la culpa a través del perdón, a mejorar habilidades de comunicación, a la recuperación del estrés postraumático, a desarrollar la autoestima, a aumentar la resiliencia, a prevenir crisis emocionales, y a evitar recaídas enseñándonos a estar alertas a los detonantes, entre muchas otras cosas más.

Considera lo siguiente; así como llevas tu auto o tu computadora a reparar, o a darle mantenimiento con un especialista certificado, recomendado, o con experiencia en el campo, así lleva tus emociones a un consultorio psicológico, psiquiátrico o tanatológico, para asegurar el buen manejo de éstas, para cerrar círculos, o para tratar algún problema con los químicos cerebrales que pudieran distorsionar tu realidad.  Ve con la confianza de que todo lo que se dice en consulta, ahí se queda. 

Ahora bien, cuando no quedas conforme con el mecánico o técnico en reparación de equipos, o el costo de su trabajo no se ajusta a tu presupuesto, o simplemente no te brinda confianza, tienes la libertad de cambiar a otro establecimiento especializado. De igual forma, puedes cambiar de terapeuta hasta sentir que su trato, su enfoque, su especialidad y su experiencia te dan la confianza suficiente para trabajar en tu salud emocional.

 

Hagamos un tune up emocional con regularidad, y… ¡a disfrutar la vida!

 

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