Del libro “Por el placer de vivir” de César Lozano
Si quieres aumentar notablemente tu autoestima, sigue
estos sencillos pasos.
Cuando le pedíamos que se acostara porque la veíamos
enferma, contestaba con un rotundo ¡no! Y exclamaba: “¡Cuando me muera, me
acuestan!” Era bastante gallona y calzonuda mi querida abuela doña Pola.
Procura dedicar tiempo para ti, a tu imagen, a tu mente y a
tu relación con Dios. Verás cómo tu autoestima se ve favorecida.
Hacer las cosas al “ahí se va” se verá reflejado en tu vida
y tu subconsciente lo aceptará como parte de tu esencia. Si actúas así, tu vida
será igual de insípida e intrascendente, lo cual se manifestará en tu
autoestima. Revisa lo que hagas a diario, mejora lo que no funciona, pero
tampoco te castigues. Aprende la lección y procura dar lo mejor de ti.
No devuelvas el halago con frases lastimeras como: “¡No,
no estoy delgado, sigo hecho un cerdo!” Después de haber bajado veinte
kilos con muchísimo esfuerzo, ¿por qué no recibes bien el elogio o el
reconocimiento? Acéptalo y da las gracias porque los demás lo notan, puedes
decir algo como: “Gracias, de verdad. No te imaginas el esfuerzo que puse y
por eso me alegro.” Acepta y siéntete digno de recibir las muestras de
cariño y aprecio de la gente, porque eso aumenta considerablemente tu
autoestima.
También te sugiero que si nadie te halaga ni reconoce tu
amor o tu esfuerzo, lo hagas tú mismo. Frente al espejo, di lo bien que te
sientes y lo bien que te ves. Felicítate por lo que ha significado para ti
determinado logro. Cuando termine un día, haz el recuento de acciones bien
realizadas. Recuerda lo bien que te trataron y que tú trataste, y verás los
grandes beneficios que sientes en tu interior.
Infinidad de hombres
y mujeres sienten culpa cuando se compran algo pensando que ese dinero podría
ser destinado para cosas más importantes. Claro que tu familia es importante,
pero tú también tienes derecho a consentirte, a quererte ¡y a valorarte!
Defectos tenemos todos. Somos imperfectos por
naturaleza, pero de cada uno de nosotros depende que estas imperfecciones sean
más notorias que nuestras cualidades.
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