jueves, 31 de julio de 2025

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif - Conocimiento

 

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif 

 

 

“No te preocupes por esos kilos de más, preocúpate por esas neuronas de menos”.

 



Es fundamental prepararse y estudiar. El conocimiento trae razonamiento y este trae progreso a la humanidad. Peor aún, estamos poniendo el énfasis en el lugar equivocado, priorizamos el conocimiento sobre el entendimiento que es donde reside la verdadera sabiduría: el saber hacer. No importa cuánto sabes, importa cuánto haces.

Sabemos conquistar, pero no colonizar. Estamos enseñando a nuestros jóvenes a impactar, pero no a trascender. Nuestro continente acumula amargura y dolor y siembra ignorancia y mediocridad, lo que trae más amargura y dolor.

No solo desde el sistema educativo vienen los fallos, las mismas iglesias tienen enormes lagunas en su aproximación a Dios. Te puedes saber la Biblia de arriba abajo, con puntos y comas, pero sin el entendimiento y la revelación no harás nada: una cosa es lo que pueden decirte Sus palabras y otra distinta es lo que ellas quieren decirte. Nos acosa la ignorancia:

La ignorancia sobre nuestros valores como seres humanos, la ignorancia de propósito, la ignorancia de lo prioritario, la ignorancia de cómo aplicar el conocimiento, la ignorancia de cómo canalizar las adversidades, la ignorancia de no saber qué es el verdadero éxito, la ignorancia de desconocer que el fracaso no existe, sino la sensación de sentirse fracasado, la ignorancia de cómo levantarnos cuando estamos abatidos, la ignorancia de tener vista, pero carecer de visión, la ignorancia de pensar que la educación solo está en las universidades, la ignorancia de ignorar las bibliotecas, todas ellas nos acosan.

Hay miles de personas estudiadas que permanecen en la miseria económica, emocional y espiritual. Lo peor es que no tienen ni idea de qué es lo que les falta. Maldicen que profesionales como ellos la pasen mal, pero no perciben la aridez de su trato ni la incompatibilidad de sus actitudes con el mundo que los rodea. Se sumergen en un lamento porque creen que deben tener un gozo garantizado solo por que han llenado algunas de las incontables dimensiones de la educación.

Necesitamos correr riesgos completos, aunque consigamos las cosas a medias. Tarde o temprano encontraremos la fuerza necesaria para completar la meta y encender la mecha de aquello que tanto buscábamos a oscuras.

Las mentes inteligentes están dispuestas a aprender, pero sobre todo a desaprender y siempre tienen los oídos prestos al entendimiento. Aprender sin disciplina no es eficiente, hacerlo aplicando sistemáticamente te hace eficaz. Si además incluye la honestidad, hallaras una efectividad extraordinaria.

Quiero que cerremos este capítulo con una tarea realmente especial, una que ojalá practiques el resto de tus días.

Durante una semana no llegues ningún día a tu cama sin antes responder: “¿qué aprendí hoy?”. Si te regalas un “¿qué aprenderé hoy?” al despertar, y lo conviertes en un hábito, verás cómo se elevan tus estándares de vida momento a momento. Esto te obligará a buscar una respuesta tan impactante que todos los días procurarás aprender y, en consecuencia, responderás con un nuevo conocimiento.

Pero recuerda que el conocimiento no se aprende almacenando. Podrás “saber” hacer un dragón de origami, pero hasta que tus manos no provoquen pliegues en el papel, no habrás avanzado. Escoge que aprenderás, pero céntrate en aplicar.

Esta sensación de progreso se convertirá en una emoción y en una carrera interminable. Ponte a punto de conseguir la meta diaria del progreso que equivale a una dosis de felicidad incalculable.

Para comenzar, deja registro de lo aprendido esta semana. Si puedes incorporar este hábito y realizarlo con entusiasmo, mucho mejor.

 

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jueves, 24 de julio de 2025

Del libro “Por el placer de vivir” de César Lozano - EL MIEDO

 

Del libro “Por el placer de vivir”  de César Lozano

 


El miedo es una emoción natural, la clave es saberlo canalizar. Si el miedo o el estrés se apodera de ti, te recomendamos tres pasos sencillos pero muy prácticos para sobrellevar la adversidad:

 

* Paso uno:  analiza la situación desde varios ángulos. No te dejes llevar por el pesimismo.  Intenta fragmentar el problema en varias partes que sí puedas manejar. Cuando vemos un problema como un todo, sentimos que el obstáculo es muy grande. Recuerda, no es lo que te pasa lo que te afecta, sino como reaccionas a lo que te pasa.

 

* Paso dos:  utiliza la respiración para recuperar tu armonía. Inspira y espira profundamente. Está comprobado que disminuye considerablemente tu nivel de estrés. Anda, hazlo conmigo.  Inspira y espira.  La respiración es la conexión entre la mente y el cuerpo.  Inhala lentamente y muy profundo. Ahora retén el aire por varios segundos uno, dos, tres y exhala.  Repítelo una y otra vez. El bienestar regresará a ti conforme lo hagas.

 

* Paso tres:  empieza actuando y terminaras creyendo.  Si tienes miedo, actúa como si no lo tuvieras.  Actúa como si estuviera todo bajo control. Te aseguro que habrá más posibilidades de que así las circunstancias salgan mejor.  No se trata de engañar o querer enmascarar la realidad.  Se trata de darle una ayuda a tu subconsciente para que no hagas más grande la situación de lo que realmente es.  La gente optimista busca ayuda con el cuerpo y con las palabras para sentirse y verse mejor.  


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jueves, 17 de julio de 2025

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif - IDEAS

 

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif 

 

 


 

“Ideas redondas no caben en mentes cuadradas”.

 

Hay quienes se limitan a seguir una tendencia, otros la crean: estos últimos son los inquebrantables.

Esta no es una posición provocadora, la rebeldía sin propósito es pura hipocresía. Yo creo en la revolución individual de la mente, del alma, del espíritu: las herramientas mas poderosas de la especia humana. La creatividad y la innovación son la mayor evidencia de que somos seres infinitos, son tus diminutas expectativas las que le cortan las alas a tus pensamientos, las que los encierran en una jaula de dos por dos.

 

No hay ideas estúpidas, solo es cuestión de tiempo para que lo que ayer era considerados un disparate, mañana sea aplaudido como una genialidad. Habrá miles de personas que te van a decir que estás demente, que deliras, te acusarán de ignorante, de inocente, de incapaz.

 

Si crees en tu idea, mantente firme. Obviamente, para lograrlo necesitarás estrategia, herramientas, preparación, disciplina y constancia. Pero si permites que muera con cada bala que le disparan, llegará otra persona que tome sus despojos y construya con ellos lo que tú no fuiste capaz de edificar. No importa que haya nacido en tu mente, solo quien tenga la resistencia y el tesón para superar el conflicto y mantenerse en el curso podrá clavarla en el norte.


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jueves, 10 de julio de 2025

Del libro “¿Quién te llorará cuando mueras? de Robin S. Sharma - Descompresiónate

 

Del libro “¿Quién te llorará cuando mueras? de Robin S. Sharma

  

Descompresiónate antes de regresar a casa

 


 

Después de un día de tensión y presiones en la oficina, la mayoría de nosotros llega a casa irritable, cansado y desalentado. Hemos dado lo mejor de nosotros mismos a nuestros colegas y clientes y, triste es decirlo, no nos queda casi nada para nuestros seres más queridos: nuestros cónyuges, hijos y amigos.  Igual que gladiadores que acaban de salir del combate más duro de su vida, nos arrastramos hasta nuestro sillón favorito y ordenamos a la familia que nos deje tranquilos hasta que recuperemos nuestra compostura.

Que nos tomemos diez minutos para realizar una “descompresión” antes de cruzar el umbral de nuestro hogar nos evitará que esta escena se convierta en parte de tu rutina cotidiana. En vez de salir del trabajo, conducir hasta casa y entrar a toda prisa, te recomiendo que al aparcar te quedes unos minutos sentado a solas en el coche. Utiliza este tiempo para relajarte y reflexionar en lo que te gustaría hacer en las horas siguientes junto a tu familia. Recuérdate lo mucho que tu pareja y tus hijos te necesitan y cuántas actividades divertidas puedes realizar si te lo propones. Para llevar aún más lejos esta descompresión, podrías dar un rápido paseo por la manzana o escuchar tu pieza de música clásica favorita antes de abrir la puerta y saludar a tu familia.

Sé creativo acerca de tu tiempo de descompresión personal y trátalo como una oportunidad de renovarte y recargar tus baterías para que puedas ser la persona que tu familia espera que seas cuando te reúnas con ellos.

 

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jueves, 3 de julio de 2025

 

Del libro “Cómo controlar la IRA” de M.K. Gupta

 

Cómo resolver la ira reprimida

 

 


Algunas veces te pasa que eres capaz de controlarte y no expresas tu ira, ya sea en palabras o en acciones, pero el sentimiento se queda al acecho en tu mente, molestándote constantemente. De manera que la ira interna continúa. El daño que te causaron es tan grande, que te es imposible ignorarlo y olvidarlo. Después de todo, eres un ser humano y dichas situaciones son comunes para la mayoría de nosotros.

Pero el hecho es que estos sentimientos negativos están haciendo estragos en tu cuerpo y mente. Entre más pronto te liberes de ellos será mejor para tu bienestar. A continuación, te doy algunos consejos en esa dirección.

1.- Platícale a un amigo cercano y de confianza tus sentimientos más profundos, sacando todo lo que esté quemando tu corazón. Ventilando todo de esta manera, hará que te sientas bastante más ligero.

2.- Podrías mandarle una carta a la persona que te lastimó, escribiéndole todo lo que te hirió. Lo más probable es que esa persona te conteste, ya sea para disculparse o para explicarte lo que sucedió ese día, en caso de que no haya querido herirte de manera intencional. Sucede frecuentemente que cuando nos sentimos heridos, la otra persona no tenía ninguna intención de lastimarnos. Escribir tus sentimientos, aun cuando la otra persona te haya herido de manera intencional y no conteste tu carta, te servirá mucho para liberarte. Si crees que no va a empeorar las cosas, podrías inclusive hablar directamente con esta persona en vez de escribirle una carta, para solucionar el problema. Pero para esta comunicación verbal hay dos cosas esenciales. Primero, no deberás expresar tus sentimientos enojado. Deberás expresarlos de manera objetiva y educada. En segundo lugar, deberás asegurarte que la persona en cuestión es sensible y que te escuchará apropiadamente sin burlarse de ti y sin lastimarte aún más.

3.- Durante esos momentos en donde los sentimientos que lastiman no te dejan y te siguen siempre como una sombra, es mejor que te dediques a hacer algo en el jardín o que te dediques a un pasatiempo. Por ejemplo, puedes nadar, para que el agua se lleve tus sentimientos heridos. Puedes jugar también algo como bádminton, voleibol, tenis, squash y tus sentimientos de ira se alejarán rápidamente. Correr, bailar y saltar también te puede ayudar. También puede ver una serie de comedia o una película y reírte para que desaparezca tu enojo. Caminar por el parque o por un jardín y sentarte cerca de una fuente o un lago también te podrá ayudar.

4.- La idea es que ya sea que el agresor se merezca el perdón o no, te deberás liberar de los sentimientos negativos de dolor e ira tan pronto como sea posible. Algunas veces es posible que quieras darle una lección al individuo que te ofendió, no necesariamente porque te haya lastimado, sino por el beneficio de otras personas, porque también ellas están siendo afectadas o lastimadas por el comportamiento de esta persona. En tal caso, no es apropiado poner al tipo en su lugar utilizando la ira, ya que esto podrá hacerlo aun mas inflexible y ofensivo. En esos casos, se le tendrá que dar una lección a la persona utilizando algo de diplomacia o tácticas.

5.- Para dar un ejemplo, imagina que el trabajo de una persona está atorado y tú te involucras para aclarar el asunto, puedes usar esta oportunidad para hacerlo ver su error – no en el sentido de venganza o de detener su trabajo, sino con el propósito de ayudarlo a mejorar. También cuando tengas una oportunidad para ver a solas a esta persona, aprovéchala para comentarle tu punto de vista diciéndole algo así: “¿Te importaría si te digo algo?”

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