jueves, 27 de febrero de 2025

 

Del libro: “Del otro lado del miedo” de Mario Guerra.


EL MIEDO

 

Ø  El miedo pertenece a la categoría de las “emociones negativas” y éstas se llaman así NO porque sean “malas”, sino porque producen sensaciones desagradables precisamente para movernos y alejarnos, para evitar o resolver lo que sea que las haya provocado.

 

Ø  El miedo se marcha cuando ha cumplido la función de alertarnos y ponernos a salvo, pero en su modalidad de ansiedad o angustia existencial, puede permanecer por mucho tiempo hasta que nos adaptamos o aprendemos a convivir con las causas que lo provocan cuando no es posible evitarlo.

 

Ø  Si el miedo no te mueve a evitar, afrontar, resolver o adaptarte a una situación desagradable, entonces se vuelve desadaptativo porque no conduce a nada útil.

 

Ø  No hay miedos imaginarios, lo imaginario en todo caso pueden ser las causas de tu miedo, pero el miedo siempre es real.

 

Ø  A muchas personas les gusta exponerse a experiencias que les provocan miedo, como ver una película de terror o lanzarse de un paracaídas, pero la percepción del riesgo es calculado, lo que hace que la experiencia pueda disfrutarse sin caer en pánico.

 

Ø  La ansiedad y la angustia no son exactamente lo mismo que el miedo, pero ambas forman parte de la experiencia del miedo o lo tienen como componente. Por ejemplo, la ansiedad es una forma de miedo, pero el miedo no es una forma de ansiedad.  Recordemos que el miedo es una emoción primaria. En este libro agrupo estas experiencias bajo la denominación de “miedo” para efectos prácticos.

 

Ø  Los trastornos de ansiedad van más allá del miedo y deben ser tratados por un especialista. Si vives en un estado constante de miedo por la mayoría de las cosas que te rodean y esto interfiere con tu vida o tu capacidad de disfrutarla, busca ayuda profesional cuanto antes. Un psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra pueden ayudarte. 

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viernes, 21 de febrero de 2025

Del libro: “Un alma valiente” de Nick Vujicic - ¿Tienes refuerzos?

 

Del libro: “Un alma valiente” de Nick Vujicic

 

¿TIENES  REFUERZOS?

 



¿Alguna vez te has tomado el tiempo de evaluar si tus amigos y demás personas cercanas son buenas o malas para ti? Te sugiero que lo hagas. En una hoja de papel, haz una lista de las personas más importantes en tu vida, quienes ejercen más influencia en ti y con quienes pasas la mayor parte del tiempo.

Luego, para cada una, has las siguientes preguntas:

1.-  ¿Nos respetamos mutuamente? ¿Por qué sí o por qué no?

2.-  ¿Confiamos el uno en el otro? ¿Por qué sí o por qué no?

3.-  ¿Esa persona me anima y me apoya?

4.-  ¿Nuestra relación me hace querer ser una mejor persona?

5.-  Si un bully me confrontara, ¿esa persona me apoyaría?

6.-  ¿Qué puedo aprender de esa persona?

7.-  ¿Necesito ser un mejor amigo de esa persona o debería alejarme de ella?

8.-  ¿Es alguien con quien tendré una relación estrecha durante mucho tiempo?

9.-  ¿Compartimos los mismos valores?

10.-  ¿Tenemos el mismo poder en la relación o uno de nosotros es más dependiente que el otro?

11.-  ¿Esa persona alguna vez me anima a hacer cosas negativas que de otro modo jamás haría?

12.-  ¿Estoy cómodo hablando sobre mi fe con esa persona?

13.-  ¿Es alguien que celebrará mis éxitos o que estará celoso de ellos?

 

Cuando hayas respondido esas preguntas para cada una de las personas cercanas a ti, revisa tus respuestas.  Considera si necesitas acercarte a las influencias positivas y alejarte de las que no son tan positivas. Es importante ser conscientes de la naturaleza de cada relación que tenemos porque a veces caemos en zonas de confort y nos aferramos a relaciones que no nos benefician y que incluso pueden ser dañinas.


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jueves, 13 de febrero de 2025

Del libro “Por el placer de vivir” de César Lozano - El enamoramiento

 

Del libro “Por el placer de vivir”  de César Lozano

 



En la etapa del enamoramiento todo lo vemos color de rosa. Vemos en nuestra pareja cualidades que tal vez no tenga, pero como la idealizamos, todo en ella nos parece maravilloso y no toleramos crítica alguna que pueda dañar la imagen del ser querido. Al respecto, le dice una amiga a una novia enamorada:

  Oye ¡que enojón es tu novio! ¡Qué mal te trata, siempre a gritos y con ofensas!

– ¿Tú crees? –  le contesta – ¡Pero en el fondo es muy bueno!

– Se me hace – le dice la otra – que a tu novio no le gusta trabajar; nunca vemos que haga algo.

– No creas eso – contestó la enamorada –, lo que pasa es que no ha encontrado el trabajo adecuado, un trabajo de acuerdo con su personalidad. En todos los lugares lo han tratado muy mal y por eso no dura, pero no es flojo. Solamente tiene cuatro años que no encuentra el trabajo ideal. Además, él nació para ser jefe, no para empleado.

¿Así o más bruta? Lo más grave es que ¡es una historia real!

El enamoramiento nos hace ver cualidades en tal o cual persona, y pasamos por alto sus defectillos, hasta nos caen en gracia. Todo en esa persona es aceptable, todo en ella es gracioso, pero la realidad es otra. El verdadero amor nos hace ver y aceptar a la persona reconociendo sus cualidades y sus defectos. Con el trato y el tiempo nos damos cuenta de que si aun con sus defectos y mis defectos el amor y la disposición pueden perdurar para seguir juntos.

Cuando una relación se basa solamente en vivir y disfrutar el momento, sin pasar de lo emocional a lo cerebral, se corre el riesgo de enfrentar en poco tiempo desilusiones y frustraciones, porque podemos descubrir en el ser que idealizamos ciertas actitudes que se convierten en un verdadero martirio y por eso se fuga la felicidad.

Por esas y otras razones, es de suma importancia estar juntos durante un tiempo razonable, cuando menos para que afloren las virtudes y defectos antes de pronunciar el “Sí, acepto”.  Decidir la convivencia para siempre con alguien implica gran responsabilidad en la pareja, renunciar al ego de ambos, mutua tolerancia, para que después no sientan que están durmiendo con el enemigo.

Eso lo viven miles de mujeres y hombres en el mundo; todos tenemos libre albedrío para elegir con quien compartir nuestra vida, formar una familia o vivir en la soltería. El resultado depende de la buena elección que hagamos.

Desde el principio, hay puntos que la pareja debe aclarar durante el noviazgo, con el fin de fincar un sólido matrimonio:

* ¿Cuántos hijos tener?

* ¿Qué importancia tiene la religión en su vida y en la de sus hijos?

* ¿Cuál es el rol que llevaremos en cuanto a orden, limpieza y recursos económicos?

* ¿Cómo ven la relación con los padres de ambos y qué tanto participan en las decisiones de ellos?

* ¿Hasta dónde llevar la convivencia con mascotas?

* ¿Afrontarán por igual las actividades en el hogar?

* ¿Trabajarán fuera del hogar los dos o sólo uno?

* ¿Están llevando un noviazgo en armonía?

* ¿Si alguno de los dos tiene vicios (alcoholismo, tabaquismo, drogas, etcétera), está dispuesto a padecerlos solo o buscar juntos la solución al problema?

* ¿Cómo se llevan con sus padres y hermanos?

* ¿Cuál es su actitud cuando conduce un vehículo? (son muy similares las actitudes que tendrá en otros aspectos de la vida)

* ¿Cómo resuelven sus diferencias con otras personas?

* ¿Sus tratos son siempre honestos?

Estas aclaraciones son básicas y no deben pasarse por alto. Además, hay otras consideraciones muy importantes para tomarse en cuenta: los sueños, los anhelos, los proyectos de vida, la fijación de metas, los celos, el tener un camino planeado donde caminarán juntos.

Lo anterior nos permitirá tener una idea de la vida en común, visualizar cómo se comportará él o ella en el matrimonio sin cegarse con la idea de que los vicios se curarán cuando estén juntos por el amor que se tienen; o un comportamiento agresivo o indiferente desaparecerá como por arte de magia el día de la boda.

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jueves, 6 de febrero de 2025

Del libro: “¡Con golpes NO! De Martha Alicia Chávez - Querido yo

 

Del libro: “¡Con golpes NO!  De Martha Alicia Chávez

 

 


Ejercicio 4.  Querido yo

 Toma dos hojas de papel y un bolígrafo. En la primera hoja redactarás una carta usando la mano que normalmente no utilizas (si eres diestro escribirás con la izquierda, y viceversa); quien la escribe será tu niño interior y la dirigirá hacia ti, comenzando con “Querido Fernando” (usa tu nombre).  Puede ser un poco complicado, ya que es probable que no tengas mucha práctica escribiendo de esta forma, pero no hay un mínimo o máximo para tu carta; puede ser un párrafo o lo que tu niño prefiera escribirte. No importa que no sepas cómo comenzar, simplemente permite que fluyan las palabras. Al finalizar, en la parte inferior escribe tu nombre, como te decían de niño, como remitente. Al terminar, léela en voz alta.

Posteriormente toma la segunda hoja; ahora le contestarás a tu niño, escribiendo con la mano que normalmente utilizas, comenzando con: “Querido Fer” (usa tu nombre). Date permiso de decirle a tu niño todo lo que te nazca, no hay límite para tu redacción. Al final escribe tu nombre y agrega tu firma. Lee tu carta en voz alta.

Puedes hacer este ejercicio las veces que desees cuando tú lo prefieras. Es muy sano mantener una comunicación con tu niño, pues aun cuando tengas ochenta años existirá dentro de ti un niño curioso, espontáneo, con miedos e incertidumbres que siempre necesitará ser amado.

Para liberar tu corazón y tu mente, el primer paso es que quieras hacerlo. Reinvéntate cada día y date la oportunidad de aprender de tus caídas; la vida es un instante para cargar la enorme lápida firmada por el pasado, y soportarla sólo hará más cansado tu camino.

No niegues lo que fuiste; más bien intégralo a ti, deja de controlar tus emociones y mejor aprende a manejarlas. Ya no excluyas los recuerdos difíciles, mejor resignifícalos y valóralos como maestros, y deja de ser una víctima y reconócete como un ser de infinitas capacidades.

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